Por allí
dicen que lo que comemos es lo que somos pero a esto le agregamos que comer por comer no nos llevara a cuidar nuestro
cuerpo pues para ello se necesita cuidar lo que cómenos como en cantidades y la
calidad de los nutrientes que ingerimos
Siempre
es interesante hablar de estar en forma. Todos queremos tener un físico envidiable.
Pero en la práctica, parece ser que hay pocas personas interesadas en
tener salud. Es alarmante la forma como estadísticas de revistas médicas como
no médicas, anuncian el incremento de numerosas enfermedades. Algunas de ellas
son obesidad, la diabetes, la
hipertensión y otras y otras infecciones de transmisión sexual y el cáncer,
entre otras. Por cierto, algunas de ellas, por no decir todas, pueden
prevenirse.
¿Quién es responsable de educar
en comer saludable?
Al preguntar quiénes son los
responsables de educar en salud, la respuesta lógica pareciera ser: los
médicos. Sin embargo deberían existir programas de prevención por parte
de los gobiernos. Por otra parte, con frecuencia vemos hospitales de enfermedad
y no de salud. Es decir tratan de curar la enfermedad, pero no previenen ni
educan a las personas para que no se enfermen.
Si queremos una población más
sana, entonces deberíamos elegir otro enfoque. El problema de salud es un
asunto de todos y no solo de los profesionales sanitarios. Los padres deberían
estar preocupados por enseñar temas de salud a sus hijos. Es en el hogar donde
aprendemos las primeras lecciones de vida, que incluyen los hábitos de
alimentación.
Se sabe por ejemplo, que
consumir azúcar refinada, harinas y grasas es perjudicial para la salud.
A pesar de ello, esos
productos son los que más se consumen, lo cual con tribuye a que los niños y
jóvenes sufran de sobre peso, obesidad, diabetes y otras nefastas
consecuencias. Se premia a los hijos pequeños llevándolos a los locales de
comidas rápidas, que venden los productos perjudiciales mencionados. Se apremia
la conducta positiva de los hijos con golosinas ricas en azucares refinada. Se
consumen bebidas gaseosas. De esa manera, muchos padres estimulan el consumo de
productos que a la larga provocan daño a sus propios hijos. Si los padres no
quieren ser responsables de graves enfermedades de sus hijos. Este es momento
de cambiar
Los padres no son los únicos
responsables. Toda la sociedad también lo es. Si es cierto que la obesidad va
en aumento, todos deberíamos abocarnos a la prevención del problema. La
pregunta es, ¿Cómo hacerlo?
Es necesario ser consciente de
que el objetivo de la publicidad es vender, aunque el producto no sea
saludable. Por ejemplo, en la televisión vemos atractivos anuncios comerciales
de burbujeantes gaseosas, pero eso no significa que esa bebida sea buena para
la salud. así también los restaurantes de comida rápida nos vende la idea que la comida rapida es una comida saludable cuando esta contiene grasas malas para nuestro cuerpo
Por otro lado, ¿deberían los
directivos de las empresas preocuparse por hacer prevención de salud entre sus
trabajadores? Por supuesto que sí. Si hay más enfermos, hay más ausentismo
laboral por reposo médico, menos productivos y, a larga más pérdidas
Por último, las escuelas y las
instituciones de educación, además de cumplir un programa académico, también
tiene el compromiso de educar a toda la sociedad. Esa educación debería ser una
realidad en aspectos importantes de la vida, tales como la salud, la prevención
de accidentes y
la seguridad. Aunque usted no
sea médico o enfermera, hay mucho que puede hacer para promover el cuidado de
la salud
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